domingo, 7 de octubre de 2012

Marco Junio Bruto


Marco Junio Bruto
Marco Junio Bruto, habitualmente llamado Bruto, fue un político de los últimos días de la República Romana. Hijo de Marco Junio Bruto, el viejo, y Servilia Cepionis, nace en Roma en el año 85 a.C. Tras participar en la rebelión de Lépido, su padre, un político de poca importancia, fue víctima de un asesinato turbio ordenado por Pompeyo el Grande. Tras su muerte, Bruto es adoptado por su tío, Quinto Servilio Cepión, en el año 59 a.C, y cambia su nombre por el de Quinto Servilio Cepión Bruto. Su madre, futura amante de Julio César, era medio-hermana de Catón el Joven.

Bruto admiraba mucho a su tío Catón y su carrera política comenzó cuando se convirtió en su asistente mientras éste era gobernador de Chipre. Durante su estancia en la isla se enriqueció a costa de prestar dinero a gran interés. Ya rico, volvió a Roma, donde se casó con Claudia Pulcra. Desde su primera aparición en el senado, se alineó con el sector más conservador (los Optimates) contra el Primer Triunvirato de Marco Licinio Craso, Cneo Pompeyo Magno y Cayo Julio César.

CARRERA EN EL SENADO

Cuando estalló la Guerra Civil entre Pompeyo y César en el 49 a.C., Bruto se alineó con Pompeyo, su antiguo enemigo y líder de los Optimates en aquel momento. Cuando comenzó la Batalla de Farsalia, César ordenó a sus oficiales que capturarán a Bruto sólo si este se ofrecía voluntario y deponía las armas. En caso contrario, no debían hacerle mal alguno. Cuando las tropas de Pompeyo fueron derrotadas, Bruto escribió a César pidiéndole disculpas y César le perdonó inmediatamente.

Julio César le hizo parte de su núcleo privado y le nombró gobernador de La Galia mientras él partía a África en persecución de Catón y Metelo Escipión. En el año 45 a.C., César le nombró pretor de la ciudad durante un año. En ese mismo año, Bruto se divorció de Claudia Pulcra y se casó con su prima Porcia Catonis. Según Cicerón, el matrimonio causó cierto escándalo porque Bruto no supo dar razones válidas para su divorcio, argumentando que se divorciaba de Claudia por el simple deseo de casarse con Porcia. El matrimonio con Porcia tampoco gustó a su madre, ofendida por el afecto que Bruto profesaba a su nueva mujer.

ASESINATO DE JULIO CÉSAR (44 a.C.)

Por esos tiempos, varios senadores empezaron a temer el poder creciente de César después de reafirmarse como dictador perpetuo. Republicano convencido, Bruto nunca trató de esconder sus ideas políticas. Julio César le tenía en alta estima y consideraba en gran medida sus opiniones. A pesar de ello, Bruto fue persuadido por su cuñado y amigo Cayo Casio Longino y se unió a la conspiración contra César junto a otros senadores. En determinado momento, Bruto, indignado por el comportamiento de César, decidió pasar a la acción. Su esposa Porcia, fue la única mujer con conocimiento del complot.

Muerte de César - Vincenzo Camuccini
Los conspiradores planearon el asesinato para los Idus de Marzo (15 de Marzo) de ese mismo año. Ese mismo día, César llegó tarde al Senado porque su mujer, Calpurnia Pisonis, intentó convencerle de que no asistiera. Los conspiradores temieron que su plan hubiera sido descubierto. Bruto permaneció en el Senado, incluso cuando un mensajero le trajo noticias que le habrían hecho desistir. Finalmente, César llegó al Senado y fue atacado. La primera puñalada la asestó Publio Servilio Casca Longo, hiriéndole en el hombro. Al ver a Bruto entre los conspiradores, César se rindió a su destino y, tapándose la cara con la toga, esperó su muerte. Los conspiradores atacaron en tal número, que incluso se hirieron entre ellos. El propio Bruto fue herido en la mano y en las piernas. Fue allí donde César pronunció sus famosas palabras: “Tu quoque, Brute, fili mi” (Tú también, Bruto, hijo mío).

Tras el asesinato, el Senado declaró una amnistía para los asesinos. La amnistía fue propuesta por el amigo de César y co-cónsul Marco Antonio. No obstante, la indignación del pueblo obligó a Bruto y a los conspiradores a dejar Roma. Bruto se estableció en Creta desde el 44 al 42 a.C. En el 43 a.C., después de que Octavio recibiera su cargo de cónsul del Senado Romano, hizo declarar a los conspiradores asesinos y enemigos del estado. Marco Tulio Cicerón, enfadado con Octavio, escribió a Bruto informándole que las fuerzas de Octavio y Marco Antonio estaban divididas. Marco Antonio había sitiado La Galia, donde deseaba obtener un puesto de gobernador. En respuesta al asedio, Octavio reunió a sus tropas y luchó una serie de batallas contra Marco Antonio de las que salió victorioso.

LA BATALLA DE FILIPOS (42 a.C.)

Después de oír que ni Marco Antonio ni Octavio tenían un ejército suficiente para defender Roma, Bruto reunió a sus tropas, un total de aproximadamente 17 legiones. Cuando Octavio se enteró de que Bruto marchaba hacia Roma, hizo las paces con Marco Antonio y ambos marcharon, con 19 legiones, al encuentro de Bruto y Cayo Casio Longino. Las dos partes se encontraron en sendas batallas conocidas como la Batalla de Filipos, en Macedonia. La primera se libró el 3 de octubre del año 42 a.C, en la cual Bruto venció a las fuerzas de Octavio, mientras que Casio fue derrotado por Marco Antonio. En la segunda batalla (23 de octubre), Bruto fue finalmente vencido.

Bruto y sus compañeros tras la batalla
Tras la derrota, huyó a las colinas cercanas con sólo 4 legiones. Sabiendo que había sido vencido y que sería capturado, Bruto se suicidó arrojándose contra su espada. De acuerdo con Plutarco, Bruto murmuró una conocida frase con la que maldijo a Marco Antonio (Plutarco la cita en el VII tomo de sus Vidas Paralelas, obtenida de Volumnio): “No permitas ¡oh  Zeus! que se te oculte de tantos males al autor funesto”. Bruto dijo dos frases, pero Volumnio sólo fue capaz de escuchar la recogida por Plutarco.

Marco Antonio, como muestra de gran respeto, ordenó que el cuerpo de Bruto fuera envuelto en el más caro de sus mantos púrpura (este manto fue posteriormente robado y Marco Antonio mandó ejecutar al ladrón). Bruto fue incinerado y sus cenizas fueron enviadas a su madre, Servilia Cepionis. Se dice que su mujer Porcia se suicidó tragando carbones al rojo vivo al enterarse de la muerte de su esposo, sin embargo, según Plutarco, hay ciertas dudas sobre la temporalidad este hecho, y cita la existencia de una carta que escribió Bruto a sus amigos hablando del suicidio de su esposa.


Referencias:

  • Asesinato de César - Roma - HBO (ES) (EN)  (Fuente: Youtube)



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